Te mostré todo mi infierno
Aquellos miedos que ardían
En una pira de sollozo y frustración.
Las llamas que escupía
Se alborotaron desde lo profundo
Y emergieron del lado obscuro.
Pensé que te calcinarías
Que te harías humo
Convertida en vapor.
Pero no te quemaste
Incluso estando al rojo vivo
Me apaciguaste con ternura.
Contuviste mi corazón
Apagaste el incendio
Con lágrimas de dicha.
La sangre volvió a fluir
El pecho a latir sin parar
Energía invade mi cuerpo.
Ahora mi ser está en llamas
Que ya no queman
Que por fin aman.
Ríos fluyen por las mejillas
Que ya no son amargos
Que todo lo limpian.
Supongo, que todos tenemos un espacio oculto, en algún lugar...