Llegaste en cuanto dejé de luchar
mi corazón había perdido la guerra
la esperanza se había escondido
juraba que en esta interminable tierra
los corazones ya no podían amar.
No más desilusiones que sufrir
las lágrimas no serán de tristeza
aunque me emocione al andar
amainó la tormenta perfecta
la ternura no tendrá que huir.
Viertes amor sobre mis cicatrices
y mi pecho se vuelve una caldera
el dolor del pasado deja de herir
mi alma se está tornando serena
me iluminas con recuerdo felices.
La armadura se ha derretido
desde que te vi hay puerta abierta
Tomo tus manos, resplandeces
mirada tierna, hermosa y coqueta
nuestro andar por fin ha partido.
Supongo, que todos tenemos un espacio oculto, en algún lugar...
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