no hacía más que brillar
eclipsó el firmamento
y sin embargo, eras tú,
quien se vio en mis ojos.
El río sonaba
desde hace algunos días
en el pueblo de Paihuano
y allí, junto a las piedras,
nuestras sonrisas cómplices.
Caminabamos
hacia lo desconocido
para conocer el mundo
solos, seguimos avanzando,
dos sueños y un camino.
La cortina cae
la verdad se revela
no éramos más extraños
el río, después de todo,
suena si piedras trae.